Tener la posibilidad de que alguien me ayude a tomar mejores decisiones para mis pequeños es algo invaluable.
Cuando mi gatita Dasha se extravió, la participación de Liz fue básica.
Ella me dio orientación para confirmar que Dasha estaba viva, y que me estaba esperando; eso marcó la diferencia entre seguir buscando o no, y además fue valiosísimo que alguien la tranquilizara a la distancia y cubriera su corazón de amor sin que ella perdiera la esperanza.
Ambas agradecemos que Liz con su don, nos ayudará en ese proceso tan duro de una manera amorosa y compasiva hasta recuperarla.
Y mi querida Pequeña la adopté con todo y sus pequeños; gracias de nuevo a la intervención de Liz supe que ese nombre le gustaba y la hacía sentir amada, también supe que ella necesitaba su espacio y que fuera ella quien marcara el nivel y modo de acercamiento sin presionarla, así que fui respetuosa y la dejé avanzar a su ritmo sin presionar.
Esta ayuda para comunicarme con mis animales, comprender sus necesidades y saber cómo actuar en determinados momentos o situaciones, han marcado la diferencia entre tomar buenas, malas y mejores decisiones para ellos.
Liz también me ayudó en la adopción de Pequeña y Panchito, ambos gatitos de la calle, con sus historias y sufrimientos, su participación me hizo saber que hacer para que se sintieran cómodos y confiados al integrarse a mi familia.
Recuerdo que en la canalización que hizo Liz con Panchito, él dijo: “Es increíble y duro la indiferencia que viví en la calle de los humanos, pero es más triste ver la indiferencia entre humanos”… Ese nivel de sabiduría quedó marcado en mi corazón, sabiduría a la que pude acceder gracias a la intervención de Liz.
Además que cada canalización es un deleite al conocer la personalidad de cada uno, la gran sabiduría y amor incondicional que hay en ellos, siendo un gran regalo para el alma y conciencia personal.
Gracias Liz por cada intervención y cada mediación entre mis pequeños y yo, con ello he tomado mejores decisiones para cuidarlos y amarlos.